
Hace años que desde la profesión sexológica venimos reivindicando el buen uso de los conceptos; sabemos que las palabras crean, destruyen, movilizan, visibilizan, ocultan… y ayudan a organizar las realidades. Por ello creemos oportuno aclarar aquello que se conoce como la «afectivo-excusa», reflexionando sobre lo que ocurre entorno a este concepto de lo «afectivo-sexual», cómo y cuándo nació y como se utiliza.
Esperamos que esta reflexión ayude a darle a «lo sexual» el sitio que le corresponde, sin degradarlo ni desplazarlo.
Podéis leer el texto completo a continuación.